3 de septiembre de 2007

Fantasía sin premeditación

All of my hate cannot be found
I will not be drowned by your thoughtless scheming
So you can try to tear me down
Beat me to the ground
I will see you screaming…

De repente, me di cuenta de que mis pies no tocaban el suelo, simplemente porque no existía tal cosa. Aturdimientos elásticos, gomosos, purulentos, me presionaban los tímpanos. Una mirada de cervatillo aterrorizado se me adhirió a los ojos, y mis uñas acudieron presurosas a raspar la costra del miedo. Otras uñas, extrañas, comenzaron a robarme epitelios del cuello, sangre de las yugulares ennegrecidas y oxígeno de la tráquea. Los codos no me sirvieron de nada, no pude, no podía contra todos ellos, lampreas del demonio, garrapatas monstruosas.
¿Por qué no me mataban de una vez? Tosí fragmentos de dientes astillados, sentí mis párpados cerrarse bajo la presión de una inflamación purpúrea y antropófaga. Quería desmayarme, quería (¡oh, cuánto lo quería!) pero otro deseo se puso a la par de aquel, corrió con más urgencia y lo pasó a centímetros de la línea final: la sed de aniquilación. No podían hacerme eso con tal impunidad. Se acabó.
Entonces, todo comenzó a correr como aceite de motor, viscoso y resbaladizo. No me gusta tu ropa, ¡bang! Tenés cara de imbécil, ¡bang! Vos, vos…sos demasiado rubia, ¡bang! A ver…no, todo bien con vos, pero igual, chau ¡bang!. Y así, balas, balas y más balas, casquillos humeantes, el dedo índice rígido y acalambrado, la boca abierta en un aullido de animal salvaje. Y luego, risa. No una risa enferma. No una risa sarcástica. Una risa forrada de infantil regocijo, como la de un nene al que le causa alegre sorpresa descubrir que el autito que le regalaron es a fricción y que no necesita la tracción continua de su mano para andar.
Después, me apunté a la sien. No pretendía acabar con mi vida, nada más lejos de eso. Sólo quería masticar y saborear (para después escupir) los gestos, contorsionados por el horror, de los que venían por mi. Ahora era una leprosa, una paria, una poseída…ya nadie me tocaría jamás. Lo había logrado.

If you let yourself go, and open you mind
I’ll bet you’d be doing like me...and it ain’t so bad

No hay comentarios: