26 de agosto de 2008

William Burroughs - Yonqui (Fragmento)

Cuando me levanté y empezaba a pasear, vino a hablar conmigo un psiquiatra. Era muy alto. Tenía largas piernas y un cuerpo grueso, en forma de pera con el extremo estrecho hacia arriba. Sonreía al hablar y tenía voz aflautada. No era afeminado. Sencillamente, no tenía nada de lo que, sea lo que sea, hace de un hombre un hombre. Era el doctor Fredericks, jefe psiquiátrico del sanatorio.
Me hizo la pregunta que hacen todos:
–¿Por qué siente la necesidad de consumir droga, señor Lee?
Cuando se oye esa pregunta, se puede estar completamente seguro de que quien la hace no sabe absolutamente nada de la droga.
–La necesito para salir de la cama por las mañanas, para afeitarme y para tomar el desayuno.
–Quiero decir físicamente
Me encogí de hombros. Lo mejor habría sido darle la respuesta que quería, para que se fuera: "Me causa placer".
La droga no causa placer. Para un yonqui, la droga es importante porque es lo que causa la adicción. Nadie sabe lo que es la droga hasta que se tiene el síndrome de abstinencia.
El médico asintió. Personalidad psicopática. Se levantó. Bruscamente, cambió de cara y arboló una sonrisa obviamente dirigida a mostrar su comprensión y diluir mi reticencia. Esa sonrisa se fue esfumando y se transformó en una mueca lúbrica y demente. Se inclinó hacia adelante y colocó su sonrisa junto a mi cara.
–¿Su vida sexual es satisfactoria? –preguntó–. ¿Sus relaciones sexuales con su mujer son satisfactorias?
–¡Oh, si! –respondí–. Cuando no estoy drogado.
Se enderezó. Mi respuesta no le había gustado en absoluto.
–Muy bien, volveré a visitarlo.
Enrojeció y se fue hacia la puerta, avergonzado. Me di cuenta de que era un farsante en cuanto entró a la habitación –era evidente que montaba aquel número de seguridad en sí mismo para él y para los demás–, pero esperaba que mantuviera su pose con más energía.
El médico le explicó a mi mujer que mi pronóstico era muy malo. Mi actitud ante la droga era "Bueno, ¿y qué?". Podía preverse una recaída porque los condicionamientos psíquicos de mi adicción no habían variado. No podía hacer nada por mí si yo no cooperaba voluntariamente. Si conseguía mi cooperación, podría, al parecer, desarmar mi psique y volverla a armar en ocho días.

21 de agosto de 2008

Tarde

Cuatro colores lloran desde la ventana
donde los alados carbones en ascuas
insisten en golpear sus zumbantes cabezas

Pero ya no puedo moverme

Pequeños glóbulos de miedo blanco
comienzan a sorber el pulso
del rojo
del amarillo
del índigo
del verde
(¿están?)

Las piernas regresan, veloces, a la pelvis
los brazos se encogen
para ocultar su detestable impotencia
entre los omóplatos

Suplican por la providencia de una coraza

Pero sólo encuentran una piel cobarde
que nunca estuvo hecha
para rozar las cosas de este mundo.

19 de agosto de 2008

Nunca lejos


And as I pull my head out
I am without one doubt
Don't want to be down here
Feeding my narcissism
I must crucify the ego
Before it's far too late
I pray the light lifts me out
Before I pine away


(Foto registrada en Corrientes el 18/8/08)