No hay reyes ni reinas. Pero sí iglúes que intento disfrazar como palacios. El hielo... en el hielo me veo. Y no hay reyes ni reinas. Hermosa, sentada en un trono de pieles de lobo. Todos te tenían miedo. Nunca lo creíste y acá estás, mientras los visitantes entran de a uno para maquillarte el rostro con nieve.
Hay huellas que vienen del norte. Desde el lugar en el que aterricé hace ya miles de años. Pero ya no puedo seguirlas, siempre que trato de salir, la noche me extravía, me deglute. Reyes. Reinas. Yo... soy sólo un animal.
10 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Seguimos con los microescritos.
Me parece que viene bien hasta antes de la frase final, aunque soy conciente de que esa frase le da el remate del argumento... el problema es en el ritmo, en las palabras, en el estilo. Debería terminar de otra manera, para mi gusto.
De todas maneras le doy... 4 Feditos. Por el final, vio.
Así es con la subjetividad, qué se le va a hacer...
Publicar un comentario