24 de mayo de 2009

Tomate un ácido noventoso

Cuando el viento aplastó mi brazo derecho contra el poste de madera, dejé de sentir todo excepto las astillas. Como cuando un chupetín redondo se rompe bajo los dientes, exprimiendo puntitos de sangre en la viscosa pulpa bucal. La madera es de chocolate, pero duele igual.
En el fondo, suena un grito de enfermera psicótica. “Hay que extirpar… hay que extirpar”.
¿Por qué tenía la boca tan seca? La había tenido abierta demasiado tiempo, diciendo cosas de más en medio de una tormenta de arena. Te doy un consejo: cuando te digan que te calles, hacé caso.
No quiero saber qué carajo me pasa, doctor. Solamente diga si me voy a salvar. Y qué pastilla tengo que tomar. ¡Hey, ustedes!. Vengan y díganme qué es lo que tengo que hacer. Antes de que la arena y las astillas de chocolate nos tapen a todos.

9 comentarios:

Serj Alexander Iturbe dijo...

Buenísimo el texto, eso de situarlo "in medias res", pero lo del tema ese (que se va muy al carajo), ¿viene al caso porque el accidentado es un hombrecito de una pulgada o qué?

Petra von Feuer dijo...

El tema viene al caso por meras cuestiones inspiracionales...

Y pobrecito el hombre de una pulgada. ¡Siempre tan solo!

Serj Alexander Iturbe dijo...

Y claro...

Serj Alexander Iturbe dijo...

Y claro...

Anónimo dijo...

Siempre te haces mierda en tus escritos.

Grado Cero dijo...

Hola mujer, pasá por mi blog, fijate en los comentarios, si querés podés tomar la posta de un juego.
Beso

Savoy Braunstein dijo...

tu talento esta fuera de toda discusion, descubramos entonces que hay detras de la sensibilidad heavy, de la poesia elegante y cruda, de nuestra adorada y lejana PVF !

Dr No dijo...

http://www.bestialmotions.com/revistase/

supongo que ya la habras visto...
saludos petra.

fran dijo...

rock