Clavado a sí mismo. Autocrucificado en un acto que clama por la atención del Pater. Es un niño que le lanza berridos a la ausencia que acabó engendrándole un hermano deforme que se le adhiere a la espalda, en equidistancia entre su piel y su camisa vieja.
¿Es que acaso no sabías que Prometeo se encadenó al peñasco por sus propios medios? La tortura de sus entrañas devoradas por el águila era también su ambrosía, su sangre y ese futuro anulado por repetición que lo mantenía vivo.
La tristeza eterna solo se borra con el solaz del poder. Y no hay poder más supremo que el de ser artífice de la propia disolución.
¿Alguna vez tuviste miedo de que tu lápida quedara seca de lágrimas? Bueno, probá asesinar a todos los que no te van a llorar. Quemales un ojo y luego el corazón. Y que las sábanas coagulen solas, carajo.
por escuchar esas palabras…
4 comentarios:
Las seguimos escuchando...
Cada vez más power los escritos! me gustan mucho!
Saludos!
muy intereante.
a veces da miedo lo que uno ve dentro de si mismo.
La cuota de color sería ver la pelicula NECROMANTICA, joyita del genero Gore, no se ni dodne se cosigue pero si la podes mirar no tiene desperdicio...
saludos, te voy a visitar seguido.
e.-
que bueno, me gustó esto.
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