I
Un guiso de proporciones nobles y exquisitas
disolviéndose entre vidrios y porcelana
perdiendo sus formas, vistiéndose de efluvios violadores
yo me siento y observo
con los improbables hierros listos
para agujerear, perforar, decorar
a los cuerpos que osen acercarse
No te conozco
pero te odio
II
Todos mis líquidos internos
comienzan a ebullir en sentido horario
me quemo desde la boca
desde vos y hacia vos
risa de caballo mancado
en la habitación de un hospital
Estoy cansada de parir
de abrir las piernas, de expulsar
pulpos rojos, materias grises
puñados de tierra y cueros de serpiente
III
Se acerca el momento de la extinción
pero las cuerdas rojas
siguen atándome al silencio
es demasiado triste
quizás
tal vez
no lo sé
6 de diciembre de 2008
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5 comentarios:
Ah, sí. Ahora que lo noto, le faltaba el punto final. Pero bueno, así lo hacemos un poco más interactivo.
II y III, propulsores.
me gustó, volveré y seré comentario...
permítanme quedarme con
"no te conozco, pero te odio".
tal vez la frase que resuma a muchas de mis relaciones.
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